Entre tres animas me debato; la primera que su madurez digna de la manzana mas roja del árbol y su sutileza equiparable a la de una estatua griega que haces que mi ser se vuelva tan filosófico que los mismo pensadores tendrían envidia, la segunda que tal es su inocencia y belleza de fineza desgarradora me hace soñar el volar entre estrellas en bello firmamento, y la tercera de libertad abrumadora y virtudes encomiables que hace que toda mi alma palpite ante su mirada.
Y sin embargo el no poder enamorar a ni una sola de estas criaturas me unde en el desanimo, pues de ellas solo una es alcanzable, y esta a su vez me presenta un camino impasable.
Mi elección solo presenta dos soluciones, ensoñamiento o decepcion; y una de estas ha sido elegida demasiadas veces.
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