Por encima del océano de nubes.

4.5.12

Historias no inventadas.

Este es el desenlace de algo que nunca ocurrió pero que podía haber sido pues ella solo estaba a 6 mesas de distancia y cada vez que pasaba por su lado sonreía como esperando. Tan solo me acerqué y le dije:
-¿Sabes que puedo leerte la mente?
-Pues dime que pienso.
-En que hace un precioso día de lluvia para pasear bajo ella con alguien que no conoces.
-¿Y si no pienso algo así?
-Si lo piensas, aunque no quieras pensarlo.
Así lo único que hice fue levantarme y tenderle mi mano. Para mi sorpresa, la aceptó y salimos de allí sin rumbo fijado, como almas en un barco a la deriva en un mar de nubes.
-Siempre he detestado la lluvia-dijo.
-Siempre es un buen momento para cambiar tus ideas.
-Solo me queda una cosa por saber. El nombre de la persona que me ha arrancado de los apuntes de un examen próximo para hablar de cosas vacías mientras nos resfriamos por la humedad.
-Los nombres no tienen importancia, son solo palabras, palabras sin ningún significado. Solo existe el aquí y ahora, y aquí y ahora solo hay dos personas empapadas por la lluvia.
-A quién no parece importarles.
-El mundo no tiene importancia, ni nada de lo que ocurre en él. Son las personas las que merecen la atención, los que estamos aquí por azar y casualidad.
-¿Y que ocurriría si las personas dejasen de ser importantes? Si nos convirtiésemos en nada.
-Eso no puede pasar, porque tu ya eres todo.
Y la besé, su reacción instantánea fue tan dura como un golpe con la palma de su mano en mi fría mejilla mojada. Y tras eso solo la volví a besar.
Y esto, no es más que una posible realidad de lo que podría haber ocurrido si yo solo tuviese el valor necesario para acercarme y decirle al oído: "Esta es la realidad que he querido vivir contigo".

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