Por encima del océano de nubes.

17.8.12

¿Cómo unir dos mundos con una mirada?

Navegar por mi mar de cristal
sin rumbo, sin nada que divisar
el horizonte de espacio a lo lejos
y unas lágrimas de azul estelar.

Imaginad cuán henchido se puede sentir el marinero
al ver, a lo lejos, una torre que no está en alta mar
una torre transparente, rodeada de espinas
que no puedes ni tan siquiera imaginar.

Allí llego el pequeño marinero en un bote
por un mar limitado al horizonte,
llegó antes la puerta, cerrada, aunque vio una ventana,
pensó en las espinas, pensó en caer a mitad de camino
pensó en vacilar, pensó hasta en la muerte,
pero todo eso, le dio igual,
así se dispuso a escalar, desollando sus manos
en el lento atravesar de sus dedos magullados
en torno a las ramas de un rosal.

Lo que vio a través de la ventana
no es a mi a quién le corresponde decirlo
pues este es uno de esos poemas que no se acaban
hasta que otra persona, así lo haya decidido.

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